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11 de mayo de 2021Cada vez son más las empresas que apuestan por automatizar la logística interna. Tradicionalmente las tareas de transporte interno de material se han realizado mediante carretillas, pero ¿Por qué utilizar los recursos de los empleados/as para mover materiales cuando es posible automatizar el proceso y que la plantilla se concentre en tareas de mayor valor? Al automatizar la logística interna, las organizaciones pueden optimizar la productividad y programar las entregas de manera más eficaz, reduciendo posibles cuellos de botella.
Una vez nos decantamos por automatizar el proceso, existen dos opciones: AGV (Automated Guided Vehicle) o AMR (Autonomous Mobile Robot). La función de ambas soluciones es la misma (arriba explicada), pero existen unas diferencias muy claras entre ambas. A continuación te explicamos las diferencias entre AGV y AMR.
RUTAS FIJAS VS. NAVEGACIÓN INTELIGENTE
Las AGVs son vehículos guíados con rutas fijas establecidas. Responden a instrucciones de programación simples y, para su instalación, es necesario hacer modificaciones en el espacio de trabajo (necesitan ser guiados por algún sistema de cable, bandas magnéticas o sensores). Un AGV es capaz de detectar obstáculos que se presenten delante de él llegando a detenerse por completo, pero no es capaz de sortear los obstáculos y detectar una nueva ruta. Aquí reside la primera diferencia fundamental entre un AGV y un AMR.
Los AMRs son vehículos autónomos. Para su instalación no se requiere ninguna modificación en el espacio de trabajo y no sólo son capaces de detenerse ante cualquier tipo de obstáculo, sino que también son capaces de esquivarlo e idear una nueva ruta. El AMR navega a través de mapas que su software construye en el sitio, y basándose en eso elige la ruta más directa al destino. Esto optimiza la productividad evitando posibles paradas inesperadas.
APLICACIONES FIJAS VS. FLEXIBILIDAD
Los AGVs se limitan a seguir una ruta estricta. Para ello, se preparan las instalaciones de la organización equipándolas con los sistemas de guiado necesarios. Esto supone que un AGV únicamente está destinado a una única tarea durante toda su vida útil. Aquí encontramos otra de las principales diferencias entre un AGV y AMR.
Los AMRs se programan mediante un sencillo software. Al no necesitar guiados físicos, un mismo robot puede desempeñar tareas diferentes o puede modificar sus rutas fácilmente para adaptarse a nuevos requisitos de producción. En caso de querer incorporar más de un AMR, existe un software de control de flota que organiza y prioriza el robot que mejor se adapta a la tarea en cuestión en función de la ubicación y disponibilidad. Esto abre un gran abanico de opciones y permite que la plantilla deje de dedicar tiempo a coordinar el trabajo de los robots, pudiendo dedicarse a otras labores donde aporte mayor valor.
Esta flexibilidad que aportan los AMRs es crucial en entornos de fabricación modernos que requieren agilidad y flexibilidad si es necesario realizar modificaciones en los productos o en la línea de producción. Ante cualquier modificación en el espacio de trabajo, los nuevos mapas se cargan rápidamente en el robot, o el propio robot puede volver a mapear el sitio, permitiendo que en poco tiempo esté de nuevo funcionando totalmente adaptado a la nueva situación.
AMR-UNA SOLUCIÓN RENTABLE
A pesar de que los AMRs incorporan una tecnología mucho más avanzada que la de un AGV, generalmente es una solución menos costosa. Un AMR no necesita cables, bandas magnéticas u otras modificaciones costosas en la infraestructura del edificio, ni interrupciones en el proceso para poner la solución en marcha. Para la instalación de un AMR los costes iniciales son bajos y la optimización de los procesos es rápida, por lo que el ROI (Retorno de la Inversión) es notablemente rápido, generalmente inferior a dos años. Si te gustaría que te hiciésemos un análisis del ROI adaptado a tu caso en particular, escríbenos sin compromiso. Te lo calcularemos de manera rápida y te haremos llegar el resultado por email.